Intuyo el inicio de todas mis varias historias en cada gesto, en cada palabra. Yo, la protagonista de apasionados amores, de execrables traiciones, de inolvidables éxitos, de trepidantes aventuras. Ya las estoy escribiendo con mis ansias, en silencio, en secreto, en el autobús, en una sala de cine, en soledad, entretenida. Las leo, las canturreo y saboreo igualmente ensoñadora. Son inicios muy prometedores. Y al final me quedo yo, sola, con mi vana imaginación.
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