Una escena borrosa: un hombre sólo parte de sus rasgos sobresalen entre las viejas rejas. Murmura con monotonía. Su mirada extraviada se alza, vaga, y se detiene, moribunda, con devoción. La imagen le devuelve un gesto igualmente perdido, más condescendiente, siempre más engañoso.
Se empaña mi mundo. Es la emoción, es la frustración. Pareciera que los años pasan en balde.
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